DEFENSA EUROPEA

Las empresas españolas de defensa aceleran sus planes de concentración ante el rearme de la UE

Tras la compra de Hispasat por parte de Indra y una vez declarado el interés por adquirir Santa Bárbara, las empresas del sector empiezan a moverse ante la oleada de compras y alianzas que se avecina

El presidente de Indra, Ángel Escribano, y el CEO, José Vicente de los Mozos.

El presidente de Indra, Ángel Escribano, y el CEO, José Vicente de los Mozos. / Indra

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El plan de rearme de la Unión Europea, que pretende movilizar hasta 800.000 millones de euros para financiar la compra de material militar, está acelerando el proceso de concentración de las empresas españolas vinculadas a la industria de defensa. Ángel Olivares, exsecretario de Estado de Defensa entre 2018 y 2020 con la actual ministra, Margarita Robles, y presidente de Fundación Feindef (Feria Internacional de Defensa y Seguridad de España), es contundente: "Hay una aceleración inmensa de un proceso inevitable". El protagonismo de este proceso, en el que los medios consultados ven "movimientos, aunque poco concretos aún", recae en Indra, con su nuevo presidente, Ángel Escribano, a la cabeza. Escribano, que hasta hace pocas semanas presidía la firma familiar Escribano Mechanical & Engineering, una de las firmas de referencia en la industria de defensa española y que a su vez tiene el 14,3% de Indra, ha reconocido en una entrevista con Prensa Ibérica que su compañía está dispuesta a comprar la ahora estadounidense Santa Bárbara. Esta compañía, filial del General Dynamics desde que se privatizó en 2001, está especializada en armas, municiones y vehículos blindados, factura más de 300 millones, y es uno de los grandes proveedores de las fuerzas armadas españolas.

Pero el de Santa Bárbara no es el primer paso. Este proceso de concentración dio comienzo en la práctica a principios de este mismo año cuando Indra (la empresa que lidera esta carrera de uniones y alianzas) compró a Redeia el 89,68% de Hispasat (especializada, entre otras cosas, en comunicaciones seguras de defensa vía satélites) por 725 millones. Es una compra que Escribano ha inscrito en un plan estratégico que busca crecer en valor y en capacidad de gestionar grandes programas.

Indra, la empresa tractora

El plan, por tanto, pasa por aglutinar en el entorno de Indra a buena parte de las alrededor de 25 compañías que conforman el ecosistema empresarial español vinculado a la defensa, donde están firmas como Indra o Escribano, pero donde también juegan un papel destacado Navantia (controlada al 100% por el Estado y cuyo principal proveedor tecnológico es Indra), Airbus, ITP, Grupo Oesía, Sener, SAPA o GMV... Un ecosistema con un volumen de negocio de unos 14.000 millones de euros. Como suele repetir la actual secretaria de Estado de Defensa, Amparo Valcarce, España necesita una industria de la defensa robusta, y "robusta es lo contrario de fragmentada". En esta línea, fuentes de Airbus resaltan que "años de inversión insuficiente, combinados con estrategias nacionales fragmentadas, han limitado el potencial de la base tecnológica e industrial de la defensa Europea".

En Indra advierten que no se trata de que la empresa (que facturó 4.800 millones en 2024) dé continuidad a la operación Santa Bárbara con un agresivo y generalizado plan de compras. La expresión campeón nacional "no es una de mis preferidas", advierte Escribano. Fuentes cercanas a la compañía explican que prefieren hablar de ser una empresa tractora, "que lidere y arrastre" a las demás. Aquí se puede enmarcar el consorcio Tess Defence, creado en 2020 y liderado por Indra, con un 51%, que también da cabida a Santa Bárbara, Escribano y SAPA. Tess está especializado en el diseño, desarrollo y producción de vehículos militares avanzados para el Ejército de Tierra, con el vehículo de combate Dragón 8X8 como su principal pedido, con una inversión de 2.500 millones de euros.

Los tentáculos del Estado

Y tampoco hay que olvidar el papel del Estado en este proceso. La Sepi, el brazo inversor del Gobierno, está presente con capacidad de decisión en todas las principales empresas implicadas: en Indra tiene un 27,99%; en Navantia, un 100%; en Airbus, un 4,12%... incluso en Telefónica, que tiene un papel estratégico en referencia a las comunicaciones y a la que no falta quien sitúa en este universo de una mayor o menor manera, controla un 10%.

En lo que sí hay coincidencia en que esta nueva era del rearme europeo, consecuencia del temor a Rusia y de la paulatina retirada de Estados Unidos (EEUU) de su papel en la OTAN, "es una oportunidad total para desarrollar la industria española", recalcan fuentes del sector. "Se trata de aumentar rápidamente la capacidad industrial sobre la base de lo que tenemos", explica Enrique Navarro, presidente de la consultora MQGlobalnEt. "La industria de defensa es pequeña y debe reagruparse para desarrollar grandes proyectos", remacha Olivares. Un directivo de Airbus, veterano del sector de la defensa, por lo que ha visto a lo largo de su carrera en competiciones por contratas europeas, explica que “las empresas anglosajonas y francesas acuden al mercado como manadas de lobos, juntas y coordinadas; nosotros vamos como coyotes: pequeños y dispersos”.

De lo que no hay dudas es de la competitividad de la industria de defensa española y europea. Olivares afirma que "tenemos calidad" suficiente, algo que corraboran en Airbus: "La industria de defensa europea es competitiva en tanto en cuanto es capaz de producir capacidades vitales para garantizar nuestra soberanía, tales como el Eurofighter o el A400M".

Incertidumbre europea

Además de esta ebullición empresarial, el otro sentimiento imperante en el sector es el de incertidumbre. "Todo está muy incipiente", subrayan en fuentes empresariales. "Europa debe decidir cómo gestiona esa lluvia de millones que viene", explica otro actor vinculado al Gobierno, quien concreta que el primer paso debería ser crear un gran fondo de consolidación industrial: "Hay que aterrizar a qué se van a dedicar los 150.000 millones de los que en Europa se habla como fondo, si van a ir a consolidar o solo a comprar. Eso no está decidido", advierte.

El exsecretario de Estado Olivares recuerda que Europa "gasta en defensa una tercera parte que Estados Unidos, que dedica 920.000 millones, y también una cuarta parte que EEUU en inversión y renovación de equipos y una quinta parte en inversión y desarrollo, que es donde hay que dedicar inversiones cuantiosas porque es lo que garantiza el futuro".  "Mientras Estados Unidos compra el 100% de su material de defensa en el país, este porcentaje desciende hasta el 20% en Europa", resalta Airbus.

Por lo tanto, la segunda fase de este plan que debe situar al sector industrial español en otro nivel, es el de las grandes inversiones. Y eso solo puede llevarse a cabo mediante alianzas con los grandes conglomerados europeos estatales: la británica Bae Systems, la francesa Thales, la italiana Leonardo o incluso la alemana Rheinmetall. "Lo normal es que las alianzas, que ya existen, continúen, se aceleren y crezcan", explican en medios del sector. "La creación de esta Unión Europea de la Defensa, dotada de mayores fondos concentrados en grandes programas de I+D y compras conjuntas, unido a un marco regulatorio simplificado, es la forma de dotar de escala a la industria y hacerla más competitiva", señalan en Airbus.